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¿Sabías que la navidad tiene sus orígenes en una fiesta pagana? En épocas del imperio romano existía una fiesta llamada los Saturnales en la que se celebraba el el Dies Natalis Solis Invicti (Natalicio del Sol Invicto). Dicha celebración tenía como día principal el 25 de diciembre y no faltaba la alegría, la comida y los regalos. El emperador romano Constantino, primero en convertirse al cristianismo, hizo que la celebración pagana coincidiera con el nacimiento de Jesús (sería el nuevo sol invicto) y así nació la Navidad.
Después de la conquista, esta fiesta es una de las que mejor arraigo tuvo en Perú. En época virreinal, según Ricardo Palma, el 24 de diciembre la gente se reunía en la plaza Mayor desde las 5 de la tarde. A las 12 los más ricos iban a las iglesias mientras que la plebe se quedaba celebrando en la calle. Luego de la misa de gallo, el festejo continuaba en las casas donde entre tamales y aguardientes, y mucho baile, la nochevieja se diluía en el amanecer.
Era costumbre construir un nacimiento, al que en otros países llaman belenes o pesebres. Esta tradición fue llevada desde Italia (donde parece que los monjes franciscanos fueron de los primeros en crearlos) a España por el rey Carlos III. Y desde la península ibérica dio el salto a Filipinas y América.
En época virreinal, de nuevo, según Palma, las familias más pudientes exponían sus nacimientos “sobre grandes mesas o cómodas” en las que “se colocaban las piezas de imaginería” hechas de “pasta o madera”. Cuando las amistades visitaban, de 7 a 11 de la noche, a las familias que tenían esos nacimientos, eran recibidos con un vaso de chicha u otras bebidas que recibían el nombre de “orines del niño”. Recordemos que Jesús niño fue un personaje muy representado por los artistas indígenas, incluso lo pintaban como Inca, con una luz que proyectaba rayos desde detrás de su cabeza…¿sería otra manera de representar a Cristo como el sol invicto?
El gran Palma añade que el mejor de los nacimientos de Lima “era el que se exhibía en el convento de los padres bethlemitas o barbones” en los cuales ponían “muñecos automáticos”... si que eran un dechado de modernidad estos padres. Afortunadamente en nuestra Lima del 2022 algunas iglesias han mantenido viva esa tradición y una de las más famosas y grandes es la de la iglesia de la Merced.
Ya en épocas republicanas lo común era comer tamal, parece que esta era una costumbre que venía desde la época del virreinato como lo indicaba Palma. Adán Felipe Mejía, “el corregidor”, decía que el tamal era una delicia que se comía en cualquier evento: “¡Tamales! ¡Todo se arregla con tamales en la nueva república peruana”. Asimismo, se consumía el pavo. El mismo Mejía nos cuenta: “¡Oh, el gran pavo dorado en la panadería vecinal, que ocupaba el centro de la mesa vistosa… en los añejos comedores limeños, para la Navidad y el Año Nuevo…”
Según Ernesto Ascher existía en la Lima antigua la costumbre de sembrar “trigos” en pequeños recipientes que eran colocados en los nacimientos; estos “trigos” debían ya relucir verdes el 25 de diciembre. Estos nacimientos eran “verdaderas obras de arte e ingenio a los que dedicaba toda la familia buena parte de su tiempo, desde muchos días antes de la Navidad”, y se los desarmaba el 6 de enero, día de Reyes, con jarana incluida… ¡Qué novedad!
¿Y Papá Noel, y el árbol, y el panetón? Llegaron ya con la influencia norteamericana e italiana en el siglo XX, pero esa es otra historia.
¡Feliz navidad, amigas y amigos!
Fuentes
Ascher. E (1957). Historia del pasado y observaciones del presente.
Mejía, A. (1959). Ayer y hoy. Ediciones Tawantinsuyu.
Planas, E. (2022). El milagro detrás de un nacimiento. Dominical del diario "El Comercio" de Perú.
Palma, R (1907). El mes de diciembre en la antigua Lima. Revista Prisma, 30, 17-18